Tesoros del Palau
La historia del Palau de la Música Catalana y del Orfeó Català se escribe con documentos excepcionales: testimonios concernientes a las personalidades que estuvieron presentes en su fundación; documentos que muestran los vínculos que el Palau de la Música Catalana estableció con los compositores de la modernidad, o con célebres solistas, como Wanda Landowska y Blanche Selva; y finalmente, programas de concierto y documentos iconográficos.
- Carta de Erik Satie a Antoni Nicolau
- Wanda Landowska y el renacimiento de la música antigua
- Autógrafo de Déodat de Séverac, donación de Blanche Selva
- Als Catalans de Joseph Canteloube
- Trío de Joaquim Malats
- Las iberias de Albéniz
- Danzas españolas de Enrique Granados
- Goyescas de Granados
- Librito de caprichos: cuaderno de apuntes de Granados
Joaquim Malats (1872-1912) forma parte de una destacada generación de pianistas catalanes que triunfó en Europa en el cambio de siglo. Alumno aventajado de la promoción que estudió con Juan Bautista Pujol, completó su formación en el Conservatorio de París, donde trabajó con Charles Wilfrid de Bériot y coincidió con antiguos condiscípulos, Ricard Viñes y Enrique Granados. Ganador del primer premio del Conservatorio (1893) y el Premio Diémer (1903), la etapa parisina significó su madurez como intérprete y al mismo tiempo los primeros pasos en la composición. La mayor parte de su obra permanece inédita.
Donación de la viuda Malats, este manuscrito autógrafo del Trío para piano y cuerda en Si bemol mayor está datado en 1898, año de su composición y estreno en Madrid, junto con el violinista Julio Francés y el violonchelista Luis Sarmiento. Contiene tres movimientos: “Allegro”, en forma de sonata; “Andante”, que presenta variedad de temas enlazados por pasajes modulantes, y “Vivace”, en que se aleja de la huella romántica y experimenta sonoridades. La parte destinada al piano acredita su importante peso específico como intérprete. Este Trío está dedicado a Camille Saint-Saëns, uno de los puntales del repertorio de conciertos de Malats. Ambos músicos tocaron juntos en Barcelona con un éxito arrollador (1907).
Como otros pianistas catalanes de su generación, Malats murió prematuramente. El Palau de la Música Catalana acogió su último concierto público (10 de marzo de 1910), donde presentó su caballo de batalla: Iberia de Albéniz.