Nueva exposición dedicada a la Obra del Cançoner Popular de Catalunya
Del 2 de marzo al 22 de mayo de este año se puede visitar libremente la exposición que hemos dedicado a la Obra del Cancionero Popular de Cataluña, con motivo del centenario de un proyecto que se inició en 1922, hasta el 1936, y que ofrece una fuente inagotable de conocimiento musical y etnológico de la Cataluña rural de la época noucentista, y especialmente de nuestra música popular, así como danzas, tradiciones y todo tipo de manifestaciones culturales antiguas, recogidas a través del trabajo de campo, donaciones y concursos.
Si bien el grueso documental del archivo de la Obra del Cançoner se encuentra actualmente en el Archivo de la Abadía de Montserrat, el Centro de Documentación del Orfeó Català conserva toda una serie de documentos relacionados con la ejecución y preparación del proyecto, como fruto de la implicación que tuvo el Orfeó Català y especialmente Francesc Pujol, en calidad de director de la Obra, así como también el secretario Joan Puntí, que trabajaron intensamente en la organización del proyecto.
En la exposición se hace un repaso, desde los antecedentes relacionados con la recogida de canciones populares a través de publicaciones y libros, así como todos aquellos documentos que nos ayudan a seguir la ejecución del proyecto, junto con documentación inédita.
Entre la documentación más interesante, destaca el libro de actas del Consejo Consultivo de la Obra del Cançoner, que estuvo vigente hasta 1928 y donde se anotaban todas las donaciones, dificultades y otros asuntos en torno a la ejecución del proyecto. Así, se pueden encontrar aspectos como la convocatoria de los concursos, los ganadores, las donaciones aportadas por entidades y particulares, el trabajo de los misioneros y la metodología de la recogida de canciones, junto con el uso de la fotografía y las grabaciones a lo largo de las misiones.
A nivel administrativo también se conserva una lista con todas las personas que fueron convocadas en la primera reunión, en la que se explicaba cómo se quería llevar a cabo el proyecto y también un contrato o convenio entre el Orfeó Català y Rafael Patxot en el que se establecía lo que querían hacer.
Resulta también muy interesante la correspondencia que se conserva, cuyo contenido nos remite a las memorias de las misiones. En gran medida dirigida a Francesc Pujol, y alguna otra a Lluís Millet y Pagès, que hace referencia al estado de las misiones. Encontramos correspondencia de Joan Amades y Joan Tomas, Palmira Jaquetti y Dolors Porta y también Baltasar Samper.
En una carta dirigida a Pujol, Samper decía:
“En Mallorca no corrimos demasiado. Morey tenía el trabajo preparado en Alaró, y pasaremos 10 días en este pueblo. Nos costó mucho sacar canciones, y con esto tuve una decepción. Es un pueblo de mucha tradición, y esperaba otra cosa; pero lo hemos encontrado completamente industrializado y seco. Nadie trabaja en el campo. Los hombres y las chicas acuden a los talleres de zapatería y no cantan ni canciones modernas, pues en algunos de estos talleres el canto está rigurosamente prohibido. Creen que esto es modernizar. Hemos visto rótulos que dicen: "El buen obrero entra puntual y trabaja sin cantar". A pesar de las dificultades que encontramos, nuestro encuentro fue considerable y muy importante. Los pocos jornaleros que pudimos alcanzar nos cantaron espléndidas canciones de trabajo [...]”
Vemos también en la exposición documentos como: recortes de prensa sobre las donaciones de Marià Aguiló, los folletos publicados para la convocatoria de los concursos de los años 1922 y 1924, así como los veredictos, documentación de tipo administrativo referente a los gastos en las misiones y, en el caso del Fons Millet, se conserva también correspondencia sobre la misión que hicieron Joan Tomàs y Lluís M. Millet en el Empordà.
Además de esta documentación, en el CEDOC se conserva material de gran valía que documenta la ejecución de la obra. Se trata del conjunto de 77 cilindros de cera de diversas misiones. Desgraciadamente, de los cilindros no se ha podido recuperar el sonido, pero sí que queda el objeto como documento y prueba de lo que se hizo.
Cada uno de estos cilindros contiene en su interior un papelito con la indicación de la persona que cantó durante la grabación y también el título de las canciones. Gracias a los papeles conservados en el CEDOC se constata que las grabaciones se efectuaron entre los años 1922, 1924 y 1927 en misiones en el Empordà, la Selva, Solsona y Olot. También se conservan el nombre de algunas testimonios que cantaron, como Maria Balletbò, Agustina Balletbò, Sofia Llorens o Dolors Besora (Timoneda), entre otras. Y asimismo, algunos cilindros tienen grabado en un extremo el nombre de Higini Inglés, que hizo la primera misión en el Solsonès en 1922.
Decía Baltasar Samper a Francesc Pujol en relación con los cilindros:
“Querido amigo: Nuestra misión va muy bien. El trabajo nos ahoga por todo. He esperado un día y otra para no escribirle con prisas, y al fin, tengo que hacerlo lacónicamente y con los minutos contados. Venimos de Brunyola y oriente con una cosecha espléndida. Somos de paso en la ciudad hoy y mañana y ya van a trabajar en [...]. Hemos tenido una sorpresa muy agradable. El fonógrafo nos ha resultado una maravilla y tenemos una colección de canciones impresionadas que les dejarán boquiabiertos [...]. Reproduce limpio y perfectamente y creo que sería muy interesante aprovecharlo. Si le parece bien podría indicar a Mossèn Puntí que me envíe una buena provisión de cilindros. Aquí he impresionado 15 y estoy seguro de que le darán gozo.”
Otro de los elementos presente en la exposiciónes es el material de los entremeses. Debemos decir que durante las misiones no sólo se recogían canciones, sino todo tipo de tradiciones que pudieran perderse con los años, entre ellas los bailes, instrumentos, etc. Esto hizo decidir a Francesc Pujol y Joan Amades a abrir un nuevo diccionario dedicado expresamente a la danza, los entremeses, los instrumentos y sus sonadores.
Este diccionario se inició en 1936, y con el estallido de la Guerra sólo vio la luz la edición del primer volumen dedicado a la Danza. El caso es que en las oficinas de la Obra se trabajaba igualmente en los otros volúmenes, y hace unos años se pudo descubrir en el CEDOC los materiales inéditos de lo que debía ser el segundo volumen dedicado a los Entremeses.
Este material inédito y de consulta accesible está archivado por orden alfabético de la A a la Z, en dos cajas grises donde se encuentran las camisas que contienen la documentación. Cada camisa contiene la documentación correspondiente a una letra del abecedario, la cual está escrita en mayúscula con lápices de color azul en la cubierta. En total suman dos mil cuarenta y siete documentos (2.047), entendiendo como documento cada término o nombre, aunque esté repetido con un significado igual o diferente. Esto podría suponer un volumen de unos mil ochocientos (1.800) nombres o entradas de diccionario.
Por último, el CEDOC también conserva los tres primeros volúmenes que se publicaron de la Obra del Cançoner antes de que estallara la Guerra, y que no tendrían continuidad hasta los años noventa. Destacan de estos volúmenes las referencias al trabajo de los primeros grandes recopiladores de la canción popular. En el primer volumen publicado en 1926, destacan capítulos dedicados a Manuel Milà Fontanals, Mariano Aguiló, así como artículos de Pedrell, Pujol, Francisco Baldelló o Lluís Romeu sobre la canción popular. El objetivo de cada volumen fue la publicación de las memorias de las misiones y una selección de piezas recogidas. La publicación de estos volúmenes fue retomada a partir de 1991 con la llegada del material al Archivo de la Abadía de Montserrat.