Entrevistamos a Toni Esparó, conservador- restaurador de obra gráfica y documento de archivo
"Toni Esparó es conservador- restaurador de obra gráfica y documento de archivo y realizó sus estudios en la Facultad de Bellas Artes de la Universidad de Barcelona. Actualmente, además de dedicarse a la restauración de papel y obra gráfica también imparte docencia especializada en materia de conservación y restauración. Actualmente tiene su taller de restauración en Barcelona donde trabaja para dar servicio a archivos, bibliotecas, museos..."
1. ¿Buenos días Toni, cuántos años hace que te dedicas al mundo de la restauración-conservación, como entraste en este mundo?
Buenos días, pues empecé en este mundo de la conservación- y restauración en 2001, recién terminada la carrera, por lo tanto ahora ya hace 19 años. Siempre he tenido inquietudes artísticas y por eso decidí iniciar la carrera de Bellas Artes en la Universitat de Barcelona. En aquellos momentos, experimentar con la creación artística me gustaba, pero necesitaba aportar un sentido menos abstracto en mi visión del arte y decidí iniciar la especialidad de Restauración.... y me atrapó. Tener la capacidad de adquirir los conocimientos necesarios para poder contribuir a preservar, conservar y restaurar todo aquel material artístico e histórico que tanto me fascinaba, daba sentido a mi interés artístico del momento. Poco a poco, fui especializándome en la restauración de obra gráfica y documento de archivo y vi que era mi campo de acción... y hasta hoy.
2. ¿Qué papel realizan los restauradores en el mundo de los archivos y bibliotecas? ¿Creéis que se valora suficientemente vuestro trabajo?
Por un lado tenemos la capacidad de asesorarlos en materia de conservación preventiva: llevamos a cabo revisiones para determinar el estado de conservación de sus fondos y colecciones, así como tareas de acondicionamiento,... y por otra parte, podemos ejecutar las restauraciones de aquellos ejemplares que se encuentran dañados y que necesitan ser estabilizados para frenar su deterioro y en casos extremos, evitar su pérdida o destrucción total.
Si miramos atrás, nos tienen un poco más en cuenta... pero aunque nuestro trabajo cada vez es más conocido por parte de archivos, museos, bibliotecas... aun se debe seguir haciendo pedagogía, difusión y formación para que sea debidamente valorado. Cuanto más visible sea nuestra profesión, y más presencia y voz tengamos en las decisiones que afectan a la buena conservación de estos fondos documentales, gráficos y bibliográficos, más efectividad, valor y reconocimiento tendrán nuestras actuaciones.
3. ¿Además de restaurador, impartes clases también sobre esta materia? ¿Dónde?
Imparto clases de conservación preventiva y equipamientos de archivo en el Master Oficial en archivística y gestión de documentos de la Escuela Superior de Archivística y Gestión de Documentos de la UAB y también en la asignatura de conservación-restauración de pergamino documental en el grado de Conservación-Restauración de Bienes Culturales de la Universidad de Barcelona.
4. ¿De los documentos que has restaurado del CEDOC recuerdas alguno con especial interés, algúno que te haya gustado en especial?
Con varios años trabajando por el CEDOC, he podido intervenir sobre muchas obras de sus fondos... de tipologías documentales muy diversas: libros, dibujos, grabados,... Recuerdo el encargo de poder solucionar el deterioro de un conjunto de dibujos-retratos realizados por Ramón Casas... se planteó un proyecto global para poner freno a su degradación y mejorar un sistema de encuadre que no contribuía lo más mínimo a su buena conservación... por lo tanto, se pudieron restaurar y estabilizar las obras y con una mejora de los materiales utilizados en el montaje se pudo mantener su condición de obra enmarcada formando parte de la decoración de un espacio singular.
5. ¿A nivel general, con todos tus años de experiencia podrías decirnos algún documento que te haya gustado restaurar de manera especial, y qué te ha costado más o te ha resultado más dificultoso?
Recuerdo con especial interés, la intervención que traje a cabo en un conjunto de manuscritos e impresos tibetanos (s. XVIII-XIX); la tipología y complejidad de sus materiales constitutivos: papel, tintas y pigmentos y los graves problemas de estabilidad de estos, supusieron un hándicap ... desconocía esta tipología documental y fue un gran reto para mí poder plantear un proyecto de intervención que pusiera freno a su deterioro y aportara una estabilidad óptima para su buena conservación... además, la belleza estética de las imágenes y la caligrafía empleada me fascinaron... son muchas las horas que pasamos con algunos documentos y como nos los miramos de cerca pudiendo llegar a disfrutar gratamente de la belleza de un simple trazo.
6. ¿Crees que en la actualidad hay una mayor preocupación por la restauración a nivel de archivos y bibliotecas? ¿Crees que ha habido una concienciación en este sentido?
Cada vez más, los archivos y bibliotecas, conocen la figura del conservador- restaurador, un especialista que podrá desarrollar las tareas necesarias para la buena conservación de sus colecciones... cuanto más asumida tengamos esta figura, menos problemáticas futuras se deberán resolver y de mayor salud disfrutarán los bienes culturales.
Desgraciadamente, por desconocimiento o también -seamos claros- por factores económicos, existe la idea de ponerse en contacto con el restaurador únicamente cuando tenemos entre las manos un documento que ya está muy degradado... y sin habernos planteado el por qué se encuentra de esta manera.
Debemos ser conscientes de que sin una buena política de conservación, se generarán muchas problemáticas derivadas, por un lado, de los propios factores de degradación intrínsecos de la misma documentación y por otro lado, agravadas por todo lo que pueda derivarse de una incorrecta manipulación, una climatización deficiente, un mal almacenamiento, un uso reiterado y poco adecuado de esta documentación, etc.
El conservador-restaurador puede restaurar la documentación dañada pero además, nos puede dar las claves para poder disfrutar de las mejores condiciones para el buen mantenimiento de ésta a largo plazo.
7. ¿Hay alguna tipología de documentos en especial que te guste restaurar más que otra?
La verdad, no te sabría decir en qué tipología documental me siento más cómodo trabajando... todas las tipologías tienen su parte más agradecida y su aspecto menos positivo o de gran complejidad técnica (este último aspecto no siempre tiene que tener una vertiente negativa!)... en el fondo, lo que me gusta de nuestra disciplina es que podemos trabajar con un abanico muy amplio de tipologías documentales y objetos artísticos: libros, grabados, planos, dibujos,... y es ésta gran diversidad, la que contribuye a que nuestra profesión sea tan interesante y cautivadora, por lo menos para mí!
Toni Esparó observando el estado de conservación de algunos libros del CEDOC
8. ¿A nivel general y según tu experiencia, ¿cuáles crees que son los principales problemas de deterioro que presentan la mayoría de los documentos al cabo de los años?
De manera muy genérica, el porcentaje más elevado de alteraciones que sufren los documentos son principalmente las que llamamos mecánicas; aquellas provocadas por una reiterada manipulación o incluso cuando ésta no se ha desarrollado de la manera más adecuada: desgarros, fragmentaciones, deformaciones, rotura de estructuras en los libros, etc. Por otro lado tenemos el problema de las afectaciones microbiológicas; estas pueden provocar un grado de deterioro muy elevado a la documentación, llegando incluso, a su destrucción (muchas veces son consecuencia de insuficientes medidas de control climático en espacios de almacenamiento).
No hay que olvidar, de los propios materiales constitutivos de esta documentación y por tanto, de la gran cantidad de alteraciones de carácter intrínseco que pueden sufrir... un ejemplo bien claro, son las graves alteraciones provocadas por el deterioro de las tintas “ferrogàliques”: unas tintas ampliamente utilizadas durante siglos y muy presentes en gran cantidad de tipologías documentales de nuestros fondos y que su proceso de alteración y corrosión, puede ocasionar graves problemas de estabilidad y pérdidas tanto de los mismos elementos sustentados como los soportes que las sustentan.
9. ¿Nos podrías dar algunas pautas muy básicas sobre conservación de documentos?
Sea cual sea su tipología, las pautas más básicas serían por un lado llevar a cabo una buena manipulación (cuidadosa y segura); por ejemplo, a la vez de extraer documentos de dentro de una caja, ésta se pondrá en horizontal sobre una superficie plana para facilitar su extracción (además, la superficie debe ser lo suficientemente grande para que haya el espacio suficiente para realizarla de una manera cómoda), los sistemas de protección para la documentación (fundas, camisas, carpetas, etc.) deben ser fabricados con materiales óptimos para la conservación permanente y deben adaptarse a las diversas dimensiones de la documentación, para el movimiento y manipulación, deberíamos ayudar de carritos para el transporte y traslado de obras y documentos para evitar posibles caídas... deberíamos garantizar un mínimo control de las condiciones termohigrométricas de los espacios de almacenamiento para conocer la evolución de los valores de temperatura y humedad y poder actuar en consecuencia... entre muchas otras pautas. Ah, y para terminar, me gustaría añadir lo que siempre digo a mis clientes: no os olvidéis de esconder el celo! Si se ha producido un desgarro avisa al restaurador antes de repararlo con una cinta adhesiva de este tipo! (Las alteraciones que se originarán a corto o largo plazo serán mucho más complejas de solucionar que llevar a cabo, en su momento, la pertinente actuación de restauración).
10. ¿Cuál crees que es el futuro del mundo de la restauración de papel y obra gráfica?
La evolución en el campo de los soportes documentales ha estado en constante evolución y desde hace siglos hemos intentado innovar con algún tipo de apoyo que nos ha parecido mucho más perdurable, de fabricación más rápida, económicamente más factible de ser producido, con más agilidad de transmisión de la información o con más capacidad de almacenamiento...; estamos en la era digital y de la generación de recursos electrónicos, estamos dejando de escribir sobre un soporte físico (aunque todavía actualmente, la validez legal de muchos documentos recae sobre el ejemplar físico original en soporte papel) y también nos estamos expresando artísticamente en soportes digitales... aun así, es desde esta vertiente artística, que la fuerza, el poder y el valor del objeto tangible (por lo menos en cuanto a la obra gráfica) es tan grande, que por el momento no puede ser sustituido.
Es muy grande el legado documental que se ha generado durante siglos (estamos hablando de kilómetros y kilómetros de documentación conservada en archivos, bibliotecas, museos, fondos particulares...) y mucha de esta documentación, o bien está enferma y necesita ser atendida para frenar su deterioro o bien necesita un cuidado para continuar disfrutando de un buen estado de conservación. Aun así, y como consecuencia de este elevado volumen de documentación, cada vez más, tenemos una necesidad imperante de proyectar propuestas que planteen intervenciones de carácter más conservativo y poder reservar los procesos integrales de restauración para aquella documentación que realmente lo necesite o posea un valor singular. El futuro es conservar el pasado... y sin pasado no hay futuro.