Tesoros del Palau

Códices medievales y renacentistas

La notación musical y las prácticas litúrgicas desde la alta edad media hasta finales del siglo XVII están presentes en esta selección, que incluye notaciones musicales antiguas o libros de canto llano. Estos últimos destacan tanto por su organización como por su procedencia.

 
Fragmento de antifonario del siglo XII

Este fragmento (una hoja de escritura recto y verso) de un antifonario −libro donde se anotan los cantos del oficio para el temporal y el santoral− contiene las melodías gregorianas cantadas en ocasión del oficio del segundo nocturno del Sábado Santo, que marca la finalización de la Semana Santa y anuncia la Pascua y próxima resurrección de Cristo. Los responsorios van precedidos de la letra (R), y los versículos, de la letra (V), escritas ambas con tinta roja, igualmente utilizada para las iniciales y la silabización del texto. Estas melodías figuran en una docena de manuscritos catalogados en el Corpus antiphonaliumofficii. Gracias a la presencia del versículo Lustris sex qui jam per actis que aparece en el responsorio Agnus Dei Christus, es posible comparar este repertorio con un manuscrito de Silos y otro de Bénévent. Otro versículo, Et dabit impios pro sepultura, lo relaciona con un manuscrito de Toledo.

La notación en forma de neumas, que indican las principales inflexiones de la voz, pertenece claramente a la notación denominada aquitana, que originariamente se empleaba en la zona geográfica correspondiente a la lengua de Oc, y, luego, con la expansión de la orden de Cluny a finales del siglo XI, también en el norte de la Península Ibérica. En esta notación, el punto se asocia, a menudo, a las formas complejas. Se distinguen trazos de pautado a punta seca (cuatro líneas) y una clave de Fa.